Lo Encontre en la Basura

Juan José Padilla


- Japanese -

Cuando Hugo me preguntó que dónde lo había conocido, simplemente le dije la verdad: “lo encontré en la basura.” Claro que no me creyó, aunque tampoco lo esperaba. Nunca se cree nada de lo que le digo. Lo siguiente que hizo fue soplar con la nariz. Siempre hace eso cuando no se le ocurre inmediatamente nada que añadir. Y siempre que hace eso, lo que dice a continuación es alguna estupidez. “Sé que lo haces por torturarme”, fue esta vez. A lo que agregó: “Desde que tu madre y yo nos separamos, lo haces todo por torturarme.”

Al salir de su casa se me ocurrió que la próxima vez que nos volviéramos a ver, dejaría de llamarlo por su nombre. Sabía que al principio me costaría porque, a pesar de ser mi padre, había estado llamándolo por su nombre desde pequeño, tal como me lo había enseñado mi madre. Pero ahora mi madre ya no lo quería y yo no era un niño y no me importaba decir “papá” en vez de decir “Hugo” y puede que a Hugo le agradase y dejara así de soplar con la nariz y decir cosas estúpidas.

Aquel día Hugo se enfadó más de lo habitual porque sopló con la nariz doce veces más que de costumbre, dieciséis exactamente, y normalmente no lo hace más que cuatro. Me preguntó si ya había tenido relaciones sexuales con él, y antes de que pudiera contestarle sugirió: “se puede ser un hombre y querer a otros hombres, pero no está bien tener relaciones sexuales con personas de tu mismo sexo.” Hugo siempre pensaba en el sexo del resto del mundo por encima de otra cosa, y dependiendo del sexo algo estaba bien o dejaba de estarlo. Después me lo volvió a preguntar y yo le dije que sólo una vez, porque era la verdad y a mí no me gusta mentir, sobre todo a Hugo o mi madre. Entonces él comenzó a soplar aún más fuerte con la nariz y se levantó de la silla de un salto y gritó y auguró aún más estupideces. “¡Si tienes relaciones sexuales con otros hombres te contagiarán una enfermedad incurable, te sangrará la nariz, te saldrán cuernos y te quedarás ciego!” fue esta otra vez.

Con mi madre ocurrió lo mismo pero al revés. A ella no le molestó que se lo hubiese contado a Hugo primero, ni que me estuviese acostando en la misma cama con otro hombre. Me preguntó si estaba enamorado de él y yo le dije que no sabía porque nadie me había enseñado cómo se siente uno cuando se enamora de alguien. Después me preguntó que dónde lo había conocido y yo le dije la verdad. Y fue entonces cuando dejó de pintarse las uñas y tiró el bote de esmalte por la ventana sin pensar en quién pudiera estar pasando por debajo. Mi madre suele lanzar cosas por la ventana cuando lo que sucede no sucede como a ella le gustaría que sucediese. Ella pensaba que debía tener relaciones sexuales con él hasta aburrirme, pero nunca debía implicarme emocionalmente con alguien que había recogido de la basura. “No me importa con quién te acuestes con tal de que acabes con alguien de tu misma condición” gritó, después de tirar el bote de esmalte por la ventana. Mi madre pensaba que cada persona tenía su sitio y cada sitio pertenecía a una sola persona. No obstante, ella conoció a Hugo en un hotel muy alto y moderno y limpio, y aún así nunca lograron entenderse.

Por suerte, aquel día Casiopea estaba despierta y yo pude jugar con ella mientras mamá gritaba y tiraba objetos por la ventana. Casiopea es la mascota de mamá y aunque ya está vieja, torpe y se pasa el día durmiendo, cuando no duerme suele ser un animal bastante más avispado de lo que a primera vista pueda parecer. Cuando está despierta, jugamos juntos y conversamos mucho, porque yo soy el único de la familia que entiende lo que dice y ella es la única que está dispuesta a entenderme a mí. Así terminé contándole que había conocido a un hombre con quien me gustaba pasar el tiempo sin ningún motivo concreto. Casiopea me preguntó que dónde lo había conocido y le dije lo mismo que a mamá y Hugo. Al principio, tampoco ella me creyó. Primero soltó una estrepitosa carcajada y después apuntó: “que sea una oveja no significa que no me funcione el cerebro y tenga que creerme cualquier disparate que se te antoje contarme”. Yo era consciente de que a Casiopea le funcionaba el cerebro, por eso sólo le dije la verdad. De todas formas, ella reaccionó de manera más perspicaz que Hugo o mi madre. Después de masticarlo un poco, comentó: “Mira, me parece estupendo que lo ames. Si lo que me cuentas es cierto, no veo que tengas otra opción más que amarlo.” Nos quedamos en silencio un buen rato; ella haciendo un esfuerzo por no quedarse dormida y yo haciendo un esfuerzo por comprenderla. “Yo, las pocas cosas que me he encontrado en la basura las he amado todas hasta el final”, añadió antes de quedarse dormida de nuevo.

Hoy hace exactamente seis años que me lo encontré en la basura. Desde entonces han pasado tantas cosas. Mi padre, después de pensarlo, me dijo que si no cambiaba mis hábitos sexuales, prefería que continuase llamándolo por su nombre. Así lo he hecho. Mi madre conoció a un hombre muy importante y muy gordo y se mudaron juntos. No sé si se quieren o no porque todavía no entiendo completamente lo que eso significa, además no nos hemos visto en todos estos años. La última vez que pasé a visitarla, me encontré con Casiopea durmiendo delante de su puerta con una nota al cuello que decía: “Ya no puedo ocuparme de ella, está vieja y tonta y se mea en el salón. Llévatela contigo si quieres. No me importa lo que hagas con ella. No quiero volver a veros a ninguno de los dos.” Desde entonces Casiopea vive con nosotros y todavía no se ha meado en el salón ni siquiera una vez. Mi madre me llama todas las noches cuando sabe que ya estoy dormido y deja mensajes disparatados amenazándome por todo lo que hice. Yo los guardo en el contestador automático y los escuchamos todos juntos los domingos por la mañana mientras desayunamos y Casiopea y yo nos desternillamos de la risa. Mi madre puede ser muy divertida aún sin proponérselo.

Por las noches, cuando llego a casa, suelo sentarme con una copa de vino en la cama y observarlo mientras él duerme. A veces le acaricio la mejilla, los labios, el pelo. Él sonríe entre sueños, se da media vuelta y sigue durmiendo. Tengo la sensación de que él hace lo mismo por las mañanas, mientras yo duermo. Cuando me despierto ya no está. Si no llueve, saco a Casiopea a pasear. Si llueve, juego un poco con ella antes de ir a trabajar. Siempre me miro al espejo antes de salir de casa. Y los días que me salen cuernos, me los pinto de violeta y sonrío frente a mi propia imagen, acordándome de aquello que una vez dijo Casiopea: “las pocas cosas que he encontrado en la basura las he amado todas hasta el final”. Por fin lo entiendo. No tenía otra opción.



Juan José Padilla
Juan José Padilla es escritor, amante, soñador y viajero. Nació en Andalucía, España, en 1972. Se licenció en Sociología y Ciencias Políticas por tres universidades: University of Sussex (Reino Unido), University of New Mexico (EE.UU.), y Universidad de Granada (España). En 2003 se publica su primera novela Latin Boys Go to Hell (Quorum Ed.), un desenfrenado viaje de amistad a través del mundo de las drogas, el sexo, el humor y la poesía, en un mágico y anaranjado Nuevo México. Lo Encontré en la Basura fue escrito expresamente con motivo de la Celebración de Amor entre dos hombres, y con la finalidad de compartir el sentimiento con todos los que a dicha celebración asistieron. J.J. Padilla llegó a Tokio en el año 2000, donde en la actualidad continua escribiendo, soñando y amando.


Junko Mimura
Junko Mimura es profesora de inglés. Vivió muchos años en EE. UU., sin papeles. En 2002 viajó a España para conocer el idioma y la pasión de este lugar, donde acabó quedándose un año. En la actualidad, además de enseñar, traduce. Utilizando sus propias palabras para traducir los sentimientos de personajes literarios Mimura experimenta la vida de esos personajes como si se tratase de la suya propia.



Copyright by Juan José Padilla


ゴミの中から拾った

ホアン・ホセ・パディージャ


- Spanish -

 「ゴミの中から拾ったんだ」どこで彼と知り合ったのか聞かれ、僕は本当のことを言った。思ったとおりウーゴは信じなかった。いつでも僕の言うことは信じない。ウーゴはフンッと鼻息を吐いた。すぐに返す言葉が見つからない時にやる癖だ。そしてその後必ず何かしら馬鹿げたセリフを吐く。「また嫌がらせか」・・・これがこの日の一つ目。「俺が離婚してからは嫌がらせばかりしやがって」
 ウーゴの家を出る時、次からはもうウーゴを名前で呼ぶのは止めよう、と思った。父であるにもかかわらず、母に命じられ幼い頃から名前で呼んでいるのだから最初はとまどうだろう。でも今ではもう母はウーゴを愛していないし、僕ももう小さな子供ではなく、パパと呼ぶのが嫌なわけでもないし、もしかしたらウーゴも喜んで、鼻息を吐いてくだらない事を言うのを止めるかもしれない。
 その日のウーゴの怒りはいつも以上だった。普通より12回多く、ピッタリ16回荒い鼻息を吐いたから確かだ。普段なら4回以上はしない。ウーゴは、彼とは関係を持ったのかと訊ねておきながら、答えを待たずに続けた。「男と男が親しくするのは良い。でも体の関係は駄目だ」ウーゴは何より、他の人がどんなセックスをしているのかを知りたがり、それだけでその人の全てが正しいかそうではないのかを判断する。もう一度尋ねられたので、「一回だけ」と答えた。それが本当の事だ。僕は嘘を言うのは好きではない。特にウーゴや母には。鼻息をより荒くし、イスからガタンと立ち上がり、ウーゴは更に馬鹿げたセリフを放った。「男同士でセックスなんかすると不治の病にかかるぞ。鼻血が止まらなくなって、角が生えてきて、目が見えなくなるんだ」・・・これがこの日の二つ目。
 母に話した時も同じ様なものだったが、ある意味で反対だった。男と寝たという事も、それを自分より先にウーゴが知ったという事も母は気にしなかった。彼を愛しているのかと聞かれたが、愛とはどんなものなのか誰にも教わっていないから僕にはわからないと答えた。どこで知り合ったのかと聞かれたので本当のことを言ったが、ちょうど爪を塗り終えたところだった母は、下の通りを歩いている人のことなどお構い無しにマニキュアのボトルを窓から投げ捨てた。何かが起き、でもそれが起きて欲しいように起きていない時、母は必ず窓から物を投げ捨てる。飽きるまで関係を続けるが良い。しかしゴミの中から拾ったような者と心まで交わしてはならない。それが母の考えだった。「本気でつきあう相手がそれなりの地位であれば、誰と寝ようがかまわないわ。」マニキュアのボトルを投げてからそう言った。人にはそれぞれ分相応な居場所があると母は信じている。けれども彼女は近代的できれいな高層ホテルでウーゴと知り合っておきながら、二人はお互いを最後まで理解しなかった。
 その日は運良くカシオペアが起きていて、母が怒鳴って窓から物を投げ捨てている間、僕は彼女と遊んでいられた。カシオペアは母のペットだ。もうくたびれた年寄りで、一日中寝て過ごしているが、眠っていない時は見かけよりだいぶしっかりしている。起きていれば僕達はよく話し遊ぶ。家族の中で僕だけがカシオペアの言うことを理解でき、カシオペアもウーゴと母より僕のことを理解しようとしていた。僕はカシオペアに、特に何の理由もないのに一緒に居たいと感じる男と知り合ったのだと告げると、どこで?と聞くので、ウーゴと母に聞かれた時と同じ事を答えたがカシオペアもすぐには信じず、ブッと噴出し、言った。「ちょっと!羊だからってね、そんな口から出まかせの話を信じるほど頭が働かないと思ったら大間違いよ」カシオペアの頭がよく働くのはわかっている。だからこそ、本当のことを話したのだ。とにかく彼女は母やウーゴより、理知的に応じてくれた。じっくり吟味した後、「ねえ、愛しているなら素敵じゃない。それが本当なら、愛する他にもう道はないでしょ」と言った。しばらく沈黙が続き、カシオペアが眠気を追い払おうと頑張っている間、僕は彼女の言ったことを理解しようと頑張ってみた。「あたしがゴミの中から拾った物は少ししかないけど、どれも最後まで愛したわ」そう言ってカシオペアは眠りに落ちた。
 ゴミの中に彼を見つけてから今日でちょうど6年だ。あれから色々なことがあった。父は、僕が性的指向を変えないのなら今後も変わらず名前で呼んで欲しいと大して考えもせずに言い、僕はそうすることにした。母はその後、太った偉い男と出会い一緒に暮らし始めたが、僕はまだ愛の意味を知らず、二人が愛し合っているのかどうかわからない。そしてここ数年彼らに会っていない。最後に母の家を訪ねて行った日、門の前でカシオペアが首から札を提げて眠っていた。札には「リビングで小便を垂らすこんなバカな老いぼれの世話はもう沢山。欲しければやるわ。好きにしてちょうだい。コレにもあんたにも、もう会う気はありません」と書いてあった。それからカシオペアは僕達と一緒に暮らすようになった。まだ一度もリビングでおしっこをしたことは無い。母は毎晩、僕達がすでに寝ている時間を見計らって電話をよこし、酷い言いがかりをつけて僕を罵る。留守電に残されるメッセージは日曜日の朝まで聞かずに貯めておき、朝食をとりながら皆で聞いてカシオペアと僕は大笑いをする。本人は大真面目だろうが、実に面白い。
 夜、僕は家に帰ると決まってワインを飲みながらベッドに座り彼の寝顔を眺め、ときおり頬や唇や髪をなでる。彼は夢うつつで微笑み、寝返りをうって再び深い眠りに落ちる。明け方僕は眠りの中で、彼が同じ事をしているのを感じている。目覚めたときには彼はもういない。雨が降っていなければカシオペアを散歩に連れて行き、雨の日は仕事に行く前に少し一緒に遊ぶ。家を出る前に必ず鏡を見る。角が生えていたら紫色に塗って、鏡の中の僕に微笑みかける。そしてあの日カシオペアが言ったことを思い出す。「あたしがゴミの中から拾ったものは少ししかないけど、どれも最後まで愛したわ」やっとわかった。他にもう道はなかったんだ。

三村 純子訳)


ホアン・ホセ・パディージャ
1972年生まれ、スペイン・アンダルシア地方出身の作家で、愛する男、夢想家であり、旅人でもある。3つの大学に進学し、社会学と政治学の学位を取得(英国のサセックス大学、米国のニューメキシコ大学、西国のグラナダ大学)。2003年に初めての小説「Latin Boys Go to Hell」を出版。オレンジ色に輝く不可思議な土地、ニューメキシコが舞台のドラッグ、セックス、ユーモア、詩の世界を通して語られる固い友情の話だ。「ゴミの中から拾った」は二人の男性間の愛を祝い、その式に居合わせたすべての人と愛を分かち合う為に書かれた。ホアン・ホセ・パディージャは2000年に訪れた東京で現在も執筆と夢想と愛の生活を続けている。


三村純子 
英語講師。
長年アメリカ合衆国に不法滞在。
2002年にスペイン語と情熱を学びにスペインへ渡り、1年間滞在。

本の中の人格が私に乗り移り、私の言葉を使って想いを訴える時、私自身もその人の人生を味わっている。


Copyright by Juan Jose Padilla
Translation Copyright by Junko Mimura

index | previous | next